FAQ
Todas las mañanas, me levanto supermotivda. Y pienso que eso es muy importante. La motivación de hacer lo que me gusta, de aprender un poco cada día (creo que de eso se trata), gracias a las traducciones aprendo cosas y eso es algo que disfruto mucho. Cada nuevo encargo de interpretación es un nuevo reto que me alimenta enormemente. Creo que tengo suerte de haber tenido una vida profesional como asalariada en el pasado (en el sector privado y en el público) y conozco las dos formas de trabajar. En realidad fue una elección montar mi propio negocio. Una elección consciente, familiar y profesional. No hay ningún aspecto que no me guste en absoluto. Quizá, si me obligas a decir algo, no me gusta tanto todo el aspecto contable y de gestión empresarial, pero sigue siendo muy fácil de hacer y, si es necesario, me rodeo de buenos profesionales.
Sí, creo que conocía bastante bien el negocio.
La carga de trabajo puede ser irregular el primer año, pero luego empiezas a tener una rotación, los clientes fieles que vuelven cada vez que necesitan una traducción. Por otra parte, uno de los aspectos misteriosos del negocio de la traducción es que, muy a menudo, los plazos son ajustados, te piden que traduzcas un proyecto urgente, así que no te quedan muchos días. Sigo sin entender por qué… No me puedo quejar de la carga de trabajo, al contrario (si no, ya habría cerrado mi empresa), aunque puede haber periodos de grandes picos de trabajo y otros más tranquilos, pero con el tiempo y la retrospectiva, aprendes a gestionar este aspecto.
Siempre me ha resultado difícil dar consejos, porque dependen de las limitaciones personales, la vida familiar, el carácter, etc. Pero yo diría que nunca hay que rendirse, también hay que ser un aprendiz continuo, curioso, abierto, no tener nunca miedo de hacer preguntas a los autores de los textos, a los clientes. Pero yo diría que nunca hay que rendirse, también hay que ser un aprendiz continuo, curioso, abierto, nunca tener miedo de hacer preguntas a los autores de los textos, a los clientes.
En cuanto a las cualidades que hay que tener para desempeñar este trabajo, diría que hay que ser:
- Organizado
- Reactivo
- Curioso
Sí, como cualquier profesión, es posible evolucionar.
Si eres traductor autónomo, puedes optar (en función de la evolución de tu cartera de clientes, de tu volumen de negocio o de tus ganas) por crear una agencia, por ejemplo. Si trabajas en una empresa o eres empleado de una agencia, puedes convertirte en gestor de proyectos. Debes saber que un traductor puede trabajar en campos muy diversos: prensa, banca, comunicación, medicina, audiovisual, jurídico, etc. Por no hablar de que muchos traductores son profesores tanto de idiomas como de traducción.
En cuanto a los intérpretes, la opción suele ser seguir trabajando como autónomo o presentarse a oposiciones para trabajar en las instituciones.